¿Es el cristianismo una farsa?
¿Alguna vez te has preguntado si el cristianismo fue una farsa o simplemente un club de personas que habían abrazado una creencia hecha por el hombre? Si la religión cristiana fuera realmente una farsa, entonces la Biblia misma o la veracidad del Nuevo Testamento podrían cuestionarse fácilmente; sin embargo, hemos demostrado en artículos anteriores que la Biblia o el Nuevo Testamento es muy bien conocido y es históricamente exacto; de hecho, hemos demostrado que los documentos del Nuevo Testamento se encuentran entre los mejores documentos históricos exactos que tenemos.
Sin embargo, exploremos las supuestas consecuencias si el cristianismo fuera una farsa. Si fuera así, entonces también es una estafa, y el fundador del cristianismo sería un farsante o, como decían los judíos, un engañador[1] porque el cristianismo tiene como base y recae sobre la veracidad de Jesús. Un historiador lo expresó de esta manera:
“El Antiguo Testamento cubre un período de casi 1, 200 años si es que contamos desde el Éxodo de Egipto periodo de Moisés, o por otro lado cubriría casi 2000 años si contamos desde la época de los patriarcas. El Nuevo Testamento por otro lado cubre un período menor de 100 años desde el comienzo del ministerio de Jesús hasta el final de los Hechos de los Apóstoles que es sólo un poco más de treinta años. El Antiguo Testamento refleja en gran medida la variada historia del pueblo de Israel; el Nuevo Testamento se ocupa de la vida y dichos de unos pocos: gira exclusivamente en torno a la enseñanza de Jesús, a sus discípulos y a los apóstoles”[2].
Toda esta historia tendría que ser interpretada como escandalosa y un engaño inteligente si la Biblia fuera una farsa. Y aún va más allá. ¡El Antiguo Testamento que encaja tan perfectamente con el Nuevo también tendría que ser relegado como una farsa! En un artículo anterior mostramos cómo las profecías del Antiguo Testamento sobre el Mesías, Jesucristo, no podían cumplirse de ninguna manera simplemente por casualidad, las probabilidades de que esto suceda son demasiado astronómicas. Para agregar a esta observación, ciertos eventos en la historia romana tendrían que ser considerados falsos si el cristianismo fuera una farsa. Según el historiador bíblico y médico, Lucas, Jesucristo, el fundador del cristianismo, nació cuando Augusto César puso impuestos al mundo antiguo alrededor del 6 y 7 a.C. cuando Cirenio era gobernador de Siria[3]; sin embargo, no hubo registro histórico que aquello durante aquella fecha de Cirenio siendo gobernador en Siria por lo que se concluyó que Lucas estaba equivocado porque el único censo que se conoce fue el impuesto dado alrededor del 6 y 7 d.C. y que era provincial.
Afortunadamente, el descubrimiento de un fragmento romano[4] muestra claramente que Cirenio (Quirino) estuvo allí antes en una misión de Augusto César, allí estableció su cuartel general en Siria alrededor de los años 10-7 a.C. durante el cual Augusto estableció un impuesto “al mundo” y Jesucristo nació precisamente en ese momento. No es de extrañar que el apóstol Pablo confirmara esto cuando escribió: “Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para redimir a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiéramos la adopción de hijos” Gálatas 4: 4. No hay engaño aquí. El fundador del cristianismo nació como se predijo.
Una persona perspicaz lo expresó de esta manera, no solo Cristo apareció en el centro de la historia como la manifestación suprema de Dios, sino que fue el agente de la creación y aquel con quien la historia alcanza su clímax cuando aparece para establecer Su reino. En la cruz de Cristo el tiempo alcanza su punto focal, su significado, desde la eternidad en el pasado hasta la eternidad en el futuro; y elimina para siempre el antiguo concepto de tiempo como una repetición o ciclo sin sentido. Cristo mostró nuestra historia en relación con un diseño mucho más amplio, de alcance infinito[5].
Si los principios del cristianismo fueran una farsa, ¿qué alternativa hay para que la gente desarrolle una cosmovisión? O dicho de otra manera, ¿a qué cosmovisión podemos suscribirnos si eliminamos el cristianismo? Todos tenemos una cosmovisión, compleja que no se ha desarrollado desde el momento en que llegamos a este mundo. Y a medida que pasamos por las etapas de la vida y la educación, esta cosmovisión se fortalece o se descarta. El cristianismo es una cosmovisión sostenida por miles de millones de personas. La cosmovisión cristiana no solo está fundada en su fundador Jesucristo, sino también en la Biblia, que en sí misma está anclada de manera inexpugnable en evidencia histórica genuina que no puede ser contradicha. Recuerde, mientras formamos nuestra cosmovisión, “el corazón no puede deleitarse con lo que la mente rechaza como falso” (Pinnock, SFYC, 3)[6]. Entonces, el cristianismo no se basa en un fuego fatuo que lo lleva a uno al Ad infinitum (hasta el infinito).
Quite la cosmovisión cristiana y el mundo no tendrá ninguna visión excepto que cada hombre (piense en gobiernos, corporaciones, policía, gente, etc.) hará “lo que es correcto en sus propios ojos”[7] hasta la consecuente desaparición de la civilización humana. La Biblia es única entre todos los demás libros, “diferente de todos los demás”[8] así como “el universo está calibrado de manera tan única para sustentar la vida que parece ir más allá del alcance de la coincidencia”[9]. “Si uno es una persona inteligente, y usted lo es, leerá el libro que ha atraído más atención que cualquier otro, si está buscando la verdad. La Biblia ciertamente califica como este libro único “[10].
Si el cristianismo, surgido del judaísmo, es una farsa, también lo son todas las demás religiones. El cristianismo, como la mayoría de las religiones, parece estar incrustado en lo que antiguamente se conocía como la Ley de la Naturaleza, la Ley del Bien y del Mal. Y según C. S. Lewis, la mayoría de los humanos, si no todos, son conscientes de esta ley del bien y del mal y la gente normalmente, consciente o inconscientemente, recurre a este código moral cuando objeta una acción particular que se considera incorrecta[11]. ¿De dónde vino esta cosmovisión del bien y del mal? ¿Y por qué todos en general se suscriben a este comportamiento? Bueno, el concepto de lo correcto y lo incorrecto se expresa más clara y suficientemente en la Biblia, en el cristianismo, especialmente en las enseñanzas de Jesucristo. En sus enseñanzas en el monte. de Olives, las Bienaventuranzas, este concepto está bellamente presentado, especialmente en la frase, “haz a los demás lo que quieres que te hagan a ti”[12].
Sin embargo, existe una cosmovisión alternativa y esta cosmovisión no está incrustada en la psique de la humanidad, como revelaría un estudio de la antropología. De hecho, un estudio sobre antropología humana muestra en más de un caso una conexión entre las tribus, pueblos y naciones ampliamente dispersos, aislados y aparentemente desconectados que parecen apostar a que todos los hombres en algún momento tuvieron un origen común donde sus variados conceptos fueron una vez una realidad[13].
Esta cosmovisión alternativa es la creencia en la evolución. En comparación con las creencias religiosas, incluido el cristianismo, que encontramos entre la humanidad desde tiempos inmemoriales, la evolución es claramente el nuevo “chico de la cuadra”. La investigación ha demostrado que cuanto más retrocedemos antropológicamente en la existencia humana, encontramos una creencia en Dios o en los dioses. Se puede decir que la religión y la creencia en lo sobrenatural es tan antigua como la humanidad. Coleman lo expresa acertadamente: “una cosa, sin embargo, está muy clara en los registros que están disponibles para nosotros; el impulso -incluso la necesidad- de crear mitos parece ser inherente a todas las culturas … es igualmente válido sugerir que las muchas similitudes entre los principales mitos no tienen conexiones, ya que aparecen en culturas tan separadas por la distancia y el tiempo que no parece posible ningún contacto entre ellos[14].
Lo que es aún más irónico es que muchos de estos mitos parecen tener su conexión con el relato de Génesis[15] sobre la creación y la caída[16] de la humanidad a través de satanás, como se registra en la Biblia cristiana. Entonces, cuando el concepto de evolución apareció en escena, ¡Dios ya estaba allí hace muchos años! Entonces, ¿es una farsa el cristianismo que es anterior a la evolución y está integralmente relacionado con Dios? ¿Qué pasa con la evolución, con quién está relacionada? La evolución es un concepto humano y solo se relaciona con el hombre. El hombre es producto de Dios. Dios lo creó y éste se rebeló contra su creador y quedó sujeto a la muerte. El único recurso que tienen los humanos ahora es pedirle perdón a Dios, aceptar Su perdón y vivir una vida llena de Dios a través del Espíritu Santo hasta que Él venga a renovar esta tierra y quitar el pecado y satanás. Una serie muy interesante para ver (en inglés) es: Enlaces a artículos: hangonthbestisyettocome.com (Subodh Pandit); o puede ir directamente a: https://amazingdiscoveries.tv/media/2265/2201-theism–atheism-reason-and-faith/.
Al cerrar este artículo, hacemos la pregunta que hizo el difunto Dr. O Hallesby, un célebre profesor de teología noruego, “¿es posible reconciliar la fe cristiana con el pensamiento científico”[17] para demostrar que no es una estafa? No responderemos aquella pregunta en este momento debido a limitaciones de espacio y tiempo, aunque las respuestas no tienen que ser demasiado eruditas ya que la pregunta en sí es simple. Sin embargo, permítanme decirles lo que concluyó Einstein en su investigación sobre la física. En sus cálculos de la Relatividad General, encontró que el universo no era eterno, sino que tiene un comienzo. Si es así, entonces hubo una causa; que condujo a la ley de causalidad. Por lo tanto, Einstein analizó correctamente al decir que todo objeto debe haber tenido un creador y el universo también debe haber tenido un creador. Por lo tanto, todo diseño debe tener un diseñador.
Echemos un vistazo a la teoría del Big Bang. No había tiempo, ni espacio, y tampoco materia, de este vacío surgió el Big Bang que creó el universo, por lo que el universo surgió de la nada que no es científico. Si creemos en la ley de la relatividad general y la ley de causalidad, ¿cómo se hizo el universo? Éste con toda su complejidad, la tierra que se ha demostrado que fue hecha especialmente para sustentar la vida, debe haber sido causada por una entidad más poderosa. La tierra tuvo que haber sido creada intencionalmente por un ser más sabio y superior que los humanos. No es de extrañar que todos los seres humanos desde tiempos inmemoriales hayan estado adorando a este ser al que llamamos Dios hasta que este “niño nuevo” (nueva teoría) llegó a la cuadra (a escena). ¿Pueden ustedes, mis lectores, ver quién estafa a quién?
Se sabe desde hace mucho tiempo que la Biblia acredita la historia. Muchos nombres de lugares del Medio Oriente y nombres de pueblos y naciones mencionados en la Biblia eran desconocidos u olvidados. Incluso se dijo que estos nombres en la Biblia eran puramente ficticios. Sólo cuando la arqueología redescubrió estos lugares y sacó a la luz lugares y nombres enterrados durante mucho tiempo bajo la arena, los hombres comenzaron a tener más respeto por la Biblia. Se dice que muchos arqueólogos que trabajan en las áreas del Cercano Oriente deben tener entre sus herramientas principales una Biblia consigo. Incluso en la religión del Islam encontramos que el judaísmo y el cristianismo están todos mezclados. Sin el cristianismo y el judaísmo, el Islam tal como lo conocemos puede no haber existido. Jacques Jomier ofrece una visión interesante sobre el Islam y el cristianismo en su libro Cómo entender el Islam[18]. En este libro muestra el delicado equilibrio histórico entre estas dos grandes religiones.
No, amigos, la Biblia no es una farsa. La Biblia contiene las palabras del Dios eterno que llega a cada ser humano pecador con la promesa de la restauración eterna a la piedad, el vivir sin pecado y la mayor felicidad que podamos imaginar. Y todo lo que Dios te pide es que te abras tu corazón a Él para que pueda entrar y morar contigo para siempre. “He aquí que estoy a la puerta y llamo”[19], dice Jesús. Tu respuesta determinará tu destino. Si bien Dios llama a cada hombre que viene a este mundo, es el hombre mismo quien debe ejercer la opción de responder. Que Dios te bendiga y te lleve a decidir por Él y por la eternidad. En mi próximo artículo nos tomaremos un tiempo para analizar esta “nueva pandemia” y la charla de los hombres sobre la necesidad de un nuevo comienzo.
[1] Mateo 27:73
[2] Keller, Werner, La biblia como historia, tr. from German by William Neil (NY: Barnes & Noble, 1995), p. 322
[3] Lucas 2:1-8
[4] Keller, pp. 323-4
[5] George Edgar Shankel, Dios y el hombre en la historia, (Nashville, Tenn.: Southern Publishing Association, 1967), p. 150
[6] Josh McDowell and Sean McDowell, La nueva evidencia que require un veredicto (Nashville: Thomas Nelson Publishers, 1995), introduction, xxxi.
[7] Josue 21:25
[8] McDowell, p. 4
[9] McDowell, La evidencia que require un veredicto (p. lxviii). Thomas Nelson. Kindle Edition.
[10] McDowell, p. 16
[11] C. S. Lewis, Solo Cristianismo, (NY: HarperSanFrancisce, Trademarks of HarperCollins Pub., 1980), pp. 3-8.
[12] Mat. 5:1-12; Mat. 7:12
[13] J. A. Coleman, El Diccionario de la Mitología (Singapore: Arcturus Publishing Limited, 2007), Introducción, pp. 7-9
[14] Coleman, Introducción, p. 7
[15] Genesis 1-2:3
[16] Genesis 3
[17] O. Hallesby, ¿Por qué soy Christiano? tr. by C. J. Carlsen, (London: Inter-Varisty Fellowhship, 1964), p. 8
[18] Jacques Jomier, ¿Cómo entender el Islam?, (London: SCM Press Ltd., 1989), pp. 39, 45, 102, 145 among others.
[19] Apocalipsis 3:20
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