El Sello o marca de Dios y la Marca de la Bestia: ¿son compatibles?
¿Existe alguna forma que la adoración en domingo como la adoración en sábado sean aceptables para Dios desde una perspectiva bíblica? ¿Estará Dios satisfecho con cualquiera de los dos días? Lo que está en juego puede ser alto, pero la respuesta es muy simple. El éxito entre las naciones enemistadas a menudo se reduce al arte del compromiso. El arte del compromiso ha evitado quizás muchos desastres entre individuos, familias, naciones y gobiernos.
¿Debe la aceptabilidad de la adoración del domingo o del sábado dejarse en manos de un compromiso o hay una manera de que ambos sean aceptables para Dios en lo que respecta a la Biblia? Revisemos la respuesta simple. En primer lugar, cuando se trata de adorar a Dios en un día en particular debemos consultar a Dios a través de Su palabra para saber si hay instrucciones sobre cómo y cuándo adorarle. Leemos en Isaías 8:20 “A la ley y al testimonio: si no hablan conforme a esta palabra, es porque no hay luz en ellos”. Este texto nos dice que quien nos informe de cualquier aspecto relacionado con Dios y cómo adorarle, debe estar de acuerdo con la Palabra revelada. También leemos en 2 Tim. 3:16, 17 “Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia. 17 Para que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”. En este pasaje, se nos dice claramente que toda la escritura es hecha para doctrina, reprensión, corrección e instrucción en la justicia a fin de vivir una vida cristiana aceptable. Así que, al igual que en Isaías 8:20, se nos exhorta a usar la Biblia como nuestra guía en todos los asuntos de moralidad y espiritualidad.
Con la información de estos dos pasajes de la Biblia, veamos lo que Dios dio a la humanidad la Biblia. Respecto a la marca de la bestia en Apocalipsis 14:9-10 hace la siguiente advertencia: “Si alguno adora a la bestia y a su imagen y recibe su marca en la frente o en la mano, beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido derramado sin mezcla en el cáliz de su indignación; y será atormentado con fuego y azufre en presencia de los santos ángeles y en presencia del cordero.” Hemos visto en artículos anteriores que la marca de la bestia es la observancia del domingo que la iglesia católica romana introdujo en el cristianismo y de la que se jacta. La iglesia católica afirma que el domingo es la marca de su autoridad, y esta iglesia incluso ahora está llamando a todos en el mundo a aceptar el domingo como el día de reposo.
Hoy en día somos testigos de cómo la Iglesia Católica Romana llama a la unidad de todas las religiones en todo el mundo; somos testigos de cómo la iglesia católica está utilizando cada evento desastroso que tiene lugar en nuestro mundo, como el clima turbulento, las sequías y la contaminación con el fin de reunir a las naciones con el único objetivo de instalar el culto del domingo como el día de culto de facto con el fin de evitar que estos eventos climáticos sucedan. Incluso en el advenimiento de Covid-19, vemos la mano del Vaticano en la preparación del mundo para aceptar una especie de “Nuevo Orden Mundial” que será para el bien común de la humanidad, culminando en un sabbat dominical global. Según la Biblia, el Vaticano se promoverá como líder de nuestro mundo, todo bajo la vigilancia de Lucifer. Leámos en Apocalipsis 13:3, 4 “Y vi una de sus cabezas como herida de muerte, y su herida mortal fue curada; y todo el mundo se maravilló en pos de la bestia. Y adoraron al dragón que había dado poder a la bestia; y adoraron a la bestia, diciendo: ¿Quién es semejante a la bestia? ¿Quién puede hacer la guerra con ella?”
El mensaje de estos pasajes anteriores (Apocalipsis 13:3-8) nos declara que habrá un resurgimiento de la iglesia católica que una vez fué derrotada y que todo el mundo se adherirá a sus enseñanzas; esta adhesión global, como se ve en la frase de Apocalipsis 13:8, “Todos los que habitan en la tierra lo adorarán.” Esto no será otra cosa que un gobierno mundial religioso. Hoy en día la gente está siendo preparada para una toma de posesión global elitista en la Cuarta Revolución Industrial de Karl Schwab conocida como el “Gran Reset (comienzo). Sin embargo, Dios ha hablado y esto no va a ser. En cambio, va a haber una toma de posesión religiosa de nuestro mundo con el Vaticano al mando y con el domingo como el día universal de adoración. Todo esto es un desafío y un rechazo a la admonición de Dios a la humanidad de volver a Él, mostrando nuestra lealtad a Él adorándole en su día de reposo, el sábado, y rechazando la instalación del falso culto dominical. Estas acciones del Vaticano enfrentan la marca de la bestia (adoración dominical) directamente contra la señal o marca de Dios (adoración del sábado). Todos los seres humanos en la tierra tendrán que ponerse de pie y ser contados, mostrando dónde está su lealtad, y las consecuencias serán eternas, fijadas para siempre.
Toda esta finalidad anterior nos muestra la importancia que Dios le da a nuestra lealtad a Él como se ve en la adoración del sábado. Cualquier rechazo a Su mandato de adorar a Su manera tendrá consecuencias que nunca serán revertidas. Hay mucho en juego. El Vaticano, guiado por Lucifer como nos muestra Apocalipsis 13, está llamando a la humanidad de una manera y Dios, como las Escrituras nos instruyen, nos está llamando de otra manera con consecuencias eternas. Sólo nosotros, los humanos, podemos hacer aquella elección por nosotros mismos. Todo esto nos lleva a la pregunta seria, ¿Qué es tan importante sobre el sábado y la adoración del sábado en comparación con el domingo y la adoración del domingo? ¿Es el sábado contra el domingo, o Dios contra el Vaticano y la religión unida? ¿Por qué debe haber un solo vencedor? ¿Por qué debe haber consecuencias por elegir una postura sobre la otra? Tomemos un tiempo para revisar por qué el sábado instituido por Dios no debe tener rival.
En Génesis 2:3 leemos que Dios santificó (hizo santo, apartó para uso sagrado) el séptimo día, que sabemos por el estudio de la Biblia que es el día sábado. Es el único día que Dios santificó de todos los demás días. Y es el único día que Dios nos pide que nos acordemos de santificar (Ex. 20:8). En Ex. 31:13, 14 Dios le dice a su pueblo que guarde sus sábados porque son una señal de que Dios los ha santificado, y que los sábados son santos. En el Nuevo Testamento, leemos que Jesús llama al sábado “el día del Señor”, Apocalipsis 1:10; y en Lucas 6:5 Jesús dice que Él es el Señor del sábado. Estos pasajes dejan muy claro que el punto de vista de Dios sobre el sábado es serio. Él considera el sábado como: 1) Su día; 2) Sagrado; 3) Un día que debe ser guardado como santo; 4) Un día que es una señal entre Dios y su pueblo, que Él santifica como lo hizo con el sábado; 5) Un día que debe ser recordado como un día santo para el culto. En otra parte de Isaías (Isaías 66:23) Dios nos asegura que el sábado se guardará en la nueva tierra por la eternidad. Además, Dios ha consagrado el sábado y su observancia en la ley moral de los diez mandamientos; es el cuarto mandamiento.
¿Pueden ver ahora, amigos, por qué Dios es tan particular acerca de su sábado? El mandamiento del sábado es el sello de Dios para los hijos de los hombres, para toda la humanidad y para todo el universo. Demuestra que: 1) Él es Dios o Yahvé, ese es su nombre, y ese es Jesús. 2) Es el creador, ese es su título. Ningún otro dios o ser hizo esta tierra y el universo. De hecho, no hay otro Dios que exista sino Yahvé (1Cor. 8:4; Isa. 45:22); sin Él nada puede ser creado. 3) Todo el universo le pertenece; es su jurisdicción. 4) Dios nos ama. Ha dedicado un día entero de la semana para la comunión con nosotros, los humanos. No es nuestro tiempo, es Su tiempo; no es nuestra invitación a Él para un día entero de comunión, es Su invitación a nosotros. ¿Cuál es tu respuesta? Tu destino depende de aquella respuesta.
Mientras que el sábado muestra a Dios como el SEÑOR del universo y el benefactor de toda bondad, la observancia del domingo desvela a un pseudo dios, un traidor, un demonio, un usurpador. Desde hace eones Lucifer trató de eclipsar a su Hacedor en honor y autoridad. La Biblia lo aclara en Isaías 14:12-15; de aquellas épocas oscuras pasadas el registro nos dice que este líder de los ángeles, mano derecha de Dios, envidiaba a Dios; sus celos lo llevaron a envidiar todo lo que Dios era y tenía; buscaba en su corazón “ascender sobre las alturas de las nubes…” y ser “como el Altísimo”. ¡Esta es la envidia “perfecta”! Escuchen lo que dice el fundador y promotor del culto dominical: “El Papa tiene poder para cambiar los tiempos, para abrogar las leyes y para prescindir de todas las cosas, incluso de los preceptos de Cristo.”[1] Y de nuevo: “Tal vez la cosa más audaz, el cambio más revolucionario que hizo la Iglesia, ocurrió en el primer siglo. El día sagrado, el sábado, fue cambiado del sábado al domingo… no por ninguna indicación señalada en las Escrituras, sino por el sentido de la Iglesia de su propio poder…”[2] Finalmente, el Papa León XIII escribe: “Ocupamos en esta tierra el lugar de Dios Todopoderoso”.[3]
Comprended, amigos míos, que nuestra lealtad a Dios se ve en nuestra obediencia a sus Mandamientos y a sus instrucciones que se encuentran en la Biblia. Dios le ha dado al mundo una señal en el cuarto mandamiento de quién Él es. Cada vez que usted santifica el sábado, da testimonio de ello. Cada vez que usted ignora el sábado y elige la adoración del domingo en su lugar, usted proclama que su lealtad está con los “hijos de los hombres” y sus líderes, los fundadores de la adoración del domingo. Pero debido a que Dios nos ama, nos da esta clara advertencia: “Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe su marca en la frente o en la mano 10 beberá del vino de la ira de Dios…” Apocalipsis 14:9-10.
Sí, amigos, hay una diferencia entre el sello o marca de Dios y la marca de la bestia, como han leído en este artículo. La forma en que respondan determinará dónde está su lealtad; y dónde está su lealtad determinará su destino. Que Dios nos permita a cada uno de nosotros elegirlo a Él para que podamos vivir para siempre.
[1] Decretal De Translat. Espiscop. Cap.; Registro Católico. 1 de septiembre, 1923.
[2] Iglesia católica Sentinela Santa Catherina, 21 de may, 1995.
[3] Papa Leo XIII, Carta Encyclical, 20 de junio, 1894.
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